lunes, 30 de mayo de 2016
Espejo
A mi misma, y me miraba con los mismos ojos azules perdidos en la nada, pero había una sonrisa en su rostro. Una sonrisa que no se reflejaba en el mío.
Y la observé por completo.
No había cicatrices en su piel , ni tatuajes, su cabello era castaño casi rubio, jamás había echado un tinte sobre él.
Y ella me observó a mi, observó mis cicatrices, mis tatuajes y mi cabello teñido.
Sus ojos comenzaron a cobrar vida, comenzó a llorar como muchas veces me oí llorar a mi misma.
Las lágrimas no dejaban de recorrer su rostro.
Y muy lentamente nos comenzamos a acercar la una a la otra.
A pesar de sus lágrimas, aún sonreía. Era una sonrisa triste. Y muy a mi pesar su mirada se clavó en la mía y yo también comencé a llorar.
Era de esas miradas que te devoran por dentro, de esas miradas que saben todo aquello que llevas por dentro.
Y me abrazó.
Fue aquel abrazo el que consiguió llenar cada vacío que había en mi ser.
Y supe que me había encontrado a mi misma.
Cuando nos separamos la volví a mirar y me dí cuenta que era una versión más joven de mi.
En la que aún no había pasado por mi infierno particular.
Con tristeza, vi como sus brazos comenzaban a sangrar, como cada tatuaje comenzaba a aparecer y como su cabello se volvía rojo fuego.
- No pasa nada- Decía ella.
-¿Qué te hice?, ¿qué me hice a mi misma? ¿ Por qué no supe quererme y valorarme desde un principio?
- Este es el camino que tu has labrado. Y estoy orgullosa de que hayas conseguido salir de tu propio infierno.
Estoy orgullosa de que seas quien eres hoy día.
Ella ya no era una niña.
Era yo.
Como el reflejo de un espejo.
Y sus ojos no estaban perdidos en la nada, ni lloraban. Su sonrisa ya no era triste, era de... ¿alivio?¿cariño?¿complicidad? ¿ aceptación?.
Solo tienes que saber que yo soy tu hogar.
Que tu eres mi hogar.
Que por fin me has encontrado y por lo tanto te has encontrado y tal vez en algún momento nos volvamos a perder, pero por favor.
Vuelve siempre a mi.
Tu.
Mi hogar.
domingo, 29 de mayo de 2016
La perdida.
Puedes evitar sufrir en el día a día.
Pero si alguien te pregunta, si introducen el dedo en esa herida que siempre esta abierta.
Explotas.
Perder a alguien de forma traumática, es horrible.
Hoy he hecho, por desgracia, pasar un mal trago a mi madre y a mi tía.
Por un trabajo que tengo que hacer.
Aunque una parte de mi agradece saber más, obtener información.
Soy una persona a la que hay que motivar a buscar información, pero en cuanto enciendes la chispa quiero saber más y más.
Eso, trae problemas.
Hace ya unos cuantos años, murió un buen hombre, mi abuelo, y a pesar de que las personas que lo trataron cometieron errores, ahora sé con certeza que era imposible que saliera adelante.
Y aún así le hicieron pasar por un infierno para nada.
Yo que en ese momento era demasiado joven según creían mis familiares, ni siquiera pude verle.
El último recuerdo que tuvo de mi, fue estar en su casa llorando y recuerdo que me dijo que nadie, NUNCA me hiciera agachar la cabeza, porque no merecía la pena por mucho que quisiera a una persona.
Siempre recordaré esa sensación cuando salí de clase y vi el coche de mis padres a unas horas a las cuales no era normal que estuviera allí.
Esa sensación de que algo no va bien.
Y esta puta impotencia de no haber podido saber más, ¿para qué? ¿protegerme?
Me decían que no querían que lo viese así. Y me da rabia. Seguía siendo él por muchos tubos que tuviera, por muy mal que estuviese, era él.
Y ahora sé porque quise elegir este tema para mi proyecto.
Quería saber todo.
Quiero saberlo siempre todo.
Tal vez si lo hubiese visto con mis propios ojos, no hubiera tenido que hurgar en la herida de sus hijas.
En fin...
miércoles, 25 de mayo de 2016
A ti, mi estrella
Cada vez que pienso en ti, se me forma un nudo en la garganta que soy incapaz de deshacer.
Pagaría lo que fuera necesario para poder estar otra vez entre tus brazos, por gritarte desde la puerta que te quiero antes de salir.
Pagaría lo que fuera para que me arroparás una vez más y sentirme como si nada en el mundo pudiese hacerme daño.
Te echo tanto, tanto de menos, que a veces me hago un ovillo en mi cama y derramo tantas lágrimas como veces te he extrañado.
Hasta echo de menos como me sacabas de quicio por ser adolescente y no tener intimidad por tu lado cotilla e infantil, es algo que deseo tener yo siempre.
Eras la mejor y te tengo que dar las gracias por ser quien eres para mi, en el ayer, en el hoy y en el futuro.
Porque si algún día tengo hijos, les hablaré de ti.
De mi niña grande. De nuestras charlas en la Pensión Pepita y reuniones continuas contigo y mis primas.
Por tus apodos y tus nudos.
Porque siempre teníamos el móvil en el chichi
Y porque querías oír el telediario pero en verdad agudizadas el oído para saber de que hablaban tus nietas.
Por tus risas y tus horas y horas de historias.
Por tus besos.
Por esos sueños que tengo en los que estamos tu y yo en ese salón tan familiar oyendo el TIC TAC del reloj.
Abuela. Te quiero, te quiero tanto.
Sé que lo sabias, pero te lo seguiré diciendo por el resto de mi vida.
Que nos volvamos a ver.
domingo, 15 de mayo de 2016
Cartas.
viernes, 13 de mayo de 2016
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Pregunta
Dicen que me ven mejor, más delgada, más serena, más guapa. Y yo me siento menos yo, porque a pesar de todas esas cosas bonitas que me dic...
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Llega el frío. Demasiado frío. Hacía tiempo que no lo notaba entremeterse en cada recoveco de mi cuerpo. Me cuesta respirar, el viento...
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A veces pensamos en las decisiones que hemos tomado, miramos hacia atrás y queremos observar aquellos caminos que siguen en la penumbra,luga...