Ella sonrió.
Él la siguió.
Se aferró a su alegría y entusiasmo.
Cuando ella hacia amago de apagar su sonrisa, él luchaba por mantenerla a flote con besos desmedidos, caricias insinuantes y promesas de un futuro a su lado.
Ella sin poder resistirse, sonreía con más intensidad.
Un día, el cielo se torno gris y la lluvia amenazaba con apagar la llama de ella y aunque ella se esforzó por mantener su luz, el agua la apagó sin miramiento alguno.
Ella lloraba y él con ella.
Él que vio apagarse aquella sonrisa que tanto dolor guardaba.
A medida que su sonrisa murió, él murió con ella.
Todos estamos buscando a alguien que nos de calor cuando la lluvia empape nuestra ropa.
Eso es todo lo que sé.
Pero si encuentras una mano que sostener cuando llega la noche, que este ahí cuando seas viejo y estés asustado.
Y si encuentras a alguien que te ame con las luces encendidas.
Has encontrado a quien amas.
Entonces mantenlo cerca, porque el amor viene rápido y luego se va despacio.
Y ten cuidado cariño, porque justo aquello que amas, puede ser aquello que te destruya.
Lo sabes.
Y Si encuentras a alguien que te ame como yo lo hago
Has encontrado a quien amas...
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