Una simple cuestión.
¿Cómo olvidas a alguien a quien no quieres dejar de querer?
En este proceso de curación por el que he pasado durante un tiempo que ahora me parece un soplo de viento, me he dado cuenta de que aunque hay muchas personas que han dejado de acompañarme en mi día a día, siempre me tomo unos momentos de mi día para pensar en ellas.
Me siguen preocupando y puedo decir tranquilamente que espero que estén bien y sean felices, que alcancen aquello que buscan y desean y que si lo han logrado y algún día me lo cuentan, se me hinchará el pecho de alegría, de la buena.
Ojalá sepan que si por algún motivo se sienten solos, que yo pienso en ellos y que por las circunstancias que se hayan presentado en nuestras vidas no tenemos comunicación en el presente, no pasa nada.
No se puede obligar a alguien a estar a tu lado cuando no quiere estarlo.
El aprecio, el amor, el cariño es libre.
Solo espero, que si en algún momento se sintieran desamparados y solos...
Aquí estoy y estaré siempre.
💜
Abuelos, ojala podáis seguir viendo el mundo desde mi perspectiva.
Ojala me cedáis la energía que ahora sois para poder seguir viviendo plenamente.
Ojalá estuvierais aquí de nuevo, como si no hubieran pasado los años.
Hace unos días me preguntaron que si pudiera elegir, qué haría.
Tener la capacidad de retroceder el tiempo o ser capaz de pausarlo.
Preferiría ser capaz de elegir ciertos momentos.
Ser capaz de seleccionarlos.
Poder dar un beso, un abrazo o gritar un te quiero desde la puerta.
No me gusta el cementerio, lo que implica.
A pesar de que la muerte es algo tan natural como la vida misma.
A pesar de saber que van enlazados por un mismo hilo.
Ojalá... Ojalá no tuviera que derramar mas lágrimas por esas perdidas que no he sabido superar.
Ojalá no tuviera que echaros de menos todos los días.
Y aún así, espero que me veáis, y que os sintáis orgullosos de la mujer en la que me estoy convirtiendo a cada paso.
Ojalá que no tengáis que cargar con mi pena de no teneros aquí.
Y ojalá que seáis completamente libres.
Tan libres como en algún momento espero serlo yo .
Un día más, aquí estoy despidiendo a otra gran persona que se ha ido.
Una persona fuerte e inteligente que vivió plenamente sus años y que ya puede descansar en paz y unirse al resto de familia que se fue en su momento.
Papi, has sido el último en dejarnos.
Y solo espero, estés donde estés que seas libre.
Gracias por todos estos años!
Y si ves a los demás, diles lo mucho que les quiero y que les echo de menos cada día.
He vuelto a ver sus ojos en sueños y lo único bueno que quedaba en mi ha explotado en mil pedazos.
Su sonrisa, sus labios y sus manos recorrían mi cuerpo...
No puedo soportarlo más.
En muchas ocasiones me han dicho el "aprende a convivir con ello".
Y yo cada vez me doy cuenta de que puedo convivir con más cosas que antes para nada hubiera podido aceptar.
Y oye, se vive más tranquilo y le dan un poco de por culo al resto.
Pero eso no quita que a veces te aceche esa angustia que no podías aceptar.
Y bueno, supongo que poco a poco nunca volverá a aparecer eso no?
There's a possibility
There's a possibility
All I gon' get is gon' be yours then
All I gon' get is gon' be yours still
So tell me when you hear my heart stop
You're the only one that knows
Tell me when you hear my silence
There's a possibility I wouldn't know
Know that when you leave
Know that when you leave
By blood and by me you walk like a thief
By blood and by me, and I fall when you leave
Lykke li- Possibility
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A ver, el tiempo no cura nada, si dejas pasar los minutos,las horas, los días, los meses e incluso los años esperando a que el tiempo cure tus heridas, estas jodido/a.
Tienes que actuar, no quedarte en una esquina llorando. * A veces esto es necesario*.
Es cierto que todo pasa, que nada nos resulta tan doloroso como el primer momento, pero cuando no lo has hecho bien, cuando has intentado no enfrentarte al daño, a no verlo como algo más que pasado, es que no has actuado.
En debidos momentos para poder continuar con tu vida, tienes que sentarte y hablar contigo mismo.
Escucharte, porque muchas veces no nos escuchamos y seguimos como burros hacía adelante sin pararnos a oír lo que nuestro cuerpo, mente y alma nos tratan de decir.
Y eso he hecho, pararme, escucharme, entenderme, llorar, actuar y seguir, sabiendo que de vez en cuando tengo que hacerlo.
La verdad es que nuestro cuerpo físico tiene un limite.
Vamos desgastándonos con el paso de los años, adquirimos enfermedades o nacemos con alguna.
Tal vez estamos aquí el suficiente tiempo para aprender lo que es la vida y todo lo que ella conlleva o no.
La muerte es la última parada para todos.
Es el camino natural.
Ya al nacer comenzamos a morir.
Cuando alguien a quien quieres muere, una parte de ti se va con esa persona y una parte de esa persona se queda contigo.
Sus recuerdos, la esencia de lo que era esa persona para ti...
Por lo que, se podría decir que sigue a tu lado, dentro de ti.
A pesar que haya momentos en los que duele recordar que esas personas ya no están, agradezco poder llevarlas conmigo en mi corazón y en mi memoria hasta el día de mi muerte.
De alguna forma, se vuelven...inmortales.
Todo empezó cuando me pidió amablemente que me desvistiera y yo con gusto lo hice, estaba muy preparada para ese momento, lo deseaba desde hacia tanto tiempo...
Me tumbe en la enorme y maravillosa cama boca abajo impaciente por sentir sus manos tocando mi piel.
Mientras yo esperaba, comencé a escuchar una música de lo mas hipnotizadora y relajante, las luces se apagaron y supe con certeza que iba a comenzar.
Y así fue, escuche el sonido de la crema en sus manos, frotándolas en ellas para que yo no sintiera frío cuando rozara con ella mi piel.
Empezó por la parte baja de la espalda, dándome tanto placer con su atrevimiento que no pude evitar que se escaparan de entre mis labios suaves gemidos de placer.
Se puede decir que me quede tan relajada con ese roce, que podría haber terminado ahí, hasta que se le ocurrió apretar más en esa zona y no pude evitar gritar de dolor.
A sabiendas de que esa zona me dolía demasiado, suavizó sus manos y comenzó a recorrer el resto de mi espalda de tal forma que volví a relajarme y a gemir constantemente.
Toda la tensión acumulada en la espalda desaparecía por donde sus manos trabajaban.
Curiosamente, en las zonas donde más dolor sentía, cuando posaba sus manos ahí comenzaban a arder y yo notaba ese calor como un regalo que me entregaba, agradeciéndole ese regalo con toda mi alma por la calma que hacia tiempo que no sentía.
Continuó por los brazos, las piernas, los pies...
Indescriptible, maravilloso, puro placer.
Terminó acariciándome suavemente por cada zona, sintiendo al final un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo.
Nadie, podrá igualar aquella sensación de liberación total aunque solo fuese por un período de tiempo que se me antojó demasiado corto.
Cada vez que pienso en ti, se me forma un nudo en la garganta que soy incapaz de deshacer.
Pagaría lo que fuera necesario para poder estar otra vez entre tus brazos, por gritarte desde la puerta que te quiero antes de salir.
Pagaría lo que fuera para que me arroparás una vez más y sentirme como si nada en el mundo pudiese hacerme daño.
Te echo tanto, tanto de menos, que a veces me hago un ovillo en mi cama y derramo tantas lágrimas como veces te he extrañado.
Hasta echo de menos como me sacabas de quicio por ser adolescente y no tener intimidad por tu lado cotilla e infantil, es algo que deseo tener yo siempre.
Eras la mejor y te tengo que dar las gracias por ser quien eres para mi, en el ayer, en el hoy y en el futuro.
Porque si algún día tengo hijos, les hablaré de ti.
De mi niña grande. De nuestras charlas en la Pensión Pepita y reuniones continuas contigo y mis primas.
Por tus apodos y tus nudos.
Porque siempre teníamos el móvil en el chichi
Y porque querías oír el telediario pero en verdad agudizadas el oído para saber de que hablaban tus nietas.
Por tus risas y tus horas y horas de historias.
Por tus besos.
Por esos sueños que tengo en los que estamos tu y yo en ese salón tan familiar oyendo el TIC TAC del reloj.
Abuela. Te quiero, te quiero tanto.
Sé que lo sabias, pero te lo seguiré diciendo por el resto de mi vida.
Que nos volvamos a ver.
A veces los días nublados nos traen nostalgia, recuerdos, personas.
Me gusta la nostalgia, es un sentimiento bonito, me parece atractivo.
A veces todos necesitamos una buena taza de [inserte aquí cualquier bebida cliente] y sentarnos o pasear bajo un cielo grisáceo, bajo un cielo que proporciona incertidumbre.
"Cuándo lloverá?".
Porque esa simple pregunta es más compleja de lo que parece. Puede ser en ese momento en el que te asolan los pensamientos, los recuerdos y las personas.
Y entonces comienza a llover.
Soy una persona a la que le gusta recordar mucho. A veces es muy doloroso, pero agradezco los buenos recuerdos.
Hoy estoy en un día nublado. Me sienta bien, me gusta.
Es sólo que me pregunto que porque en esos días en los que se te vienen personas a la cabeza, personas a las que echas irremediablemente de menos y por mucho que quieras no puedes volver a ver, o a besar, o ni tan siquiera poder decirles que les echas de menos. Porque simplemente se han ido.
Y porque a personas que si puedes ver, tocar o besar, no se hace.
Digo que le echo menos a escondidas o le mando mensajes para desahogar la pena de su marcha y continuar viviendo casi como si tampoco pudiera acercarme a esa persona.
Y nunca lo sabrá, como aquellas personas que se fueron para siempre sin remedio alguno.
Escucho sus susurros por todas partes.
Siento que me llama, que me busca...pero nunca llegamos a encontrarnos.
Es como si de pronto, ese pañuelo que decimos que es el mundo, no fuese cierto.
Porque tengo la sensación de que aunque veamos la misma luna, estamos en distintas dimensiones.
Dicen que me ven mejor, más delgada, más serena, más guapa. Y yo me siento menos yo, porque a pesar de todas esas cosas bonitas que me dic...